Clarín 16 de Julio de 2008
El peligro de cisma en la Iglesia anglicana aterriza en Australia
El obispo anglicano de Sydney se proclamó en contra de la ordenación de mujeres obispos.
El obispo anglicano de Sydney se proclamó en contra de la ordenación de mujeres obispos.
Por: Julio Algañaraz
El peligro de un grave cisma en la religión cristiana anglicana de 80 millones de fieles embistió en pleno la presencia del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud después de que el obispo anglicano de Sydney, Robert Forsyth, que está por encontrarse con Benedicto XVI, se proclamó contra la ordenación de las mujeres obispos.
Forsyth dijo también que "es inaceptable que homosexuales practicantes se conviertan en sacerdotes", una novedad aceptada por el Sínodo anglicano hace algunos años. En Estados Unidos, donde la Iglesia Anglicana se llama Episcopal, es muy fuerte la contestación del obispo norteamericano Gene Robinson, declaradamente homosexual y que convive abiertamente con su pareja. Pero muchos lo defienden.
Los problemas del sexo de su ministerio ordenado amenazan fracturar como nunca antes a los anglicanos. Durante el vuelo de Roma hacia Australia, ante una pregunta, el Papa dijo: Rezo para que los anglicanos no se dividan . Cuatro mil fieles, sacerdotes y al menos tres obispos, que han hecho negociaciones secretas en el Vaticano, podrían regresar a la casa madre católica, como dijo uno de ellos.
Pero los tradicionalistas que rompen con la Iglesia oficial tienden casi siempre a unirse a Roma, como ocurrió hace 14 años cuando una notable patrulla de sacerdotes y al menos un obispo, acompañados de centenares de fieles, en total 1.300 personas, abandonaron la Iglesia de Inglaterra y se convirtieron al catolicismo. El obispo anglicano fue aceptado por el entonces papa Juan Pablo II y ordenado sacerdote. Hoy vive en retiro con su esposa, hijos y nietos, porque el Vaticano debió emplear una buena dosis de flexibilidad y dejar de lado la obligación del celibato en el caso de los sacerdotes anglicanos, que no tienen la obligación de mantenerse solteros.
En Australia, un 27% de la población de 20 millones de habitantes es de fe católica y los anglicanos son el 20%. En ambas religiones crece el fenómeno de la indiferencia religiosa.
La división interna entre los anglicanos de Australia es muy grande. Aquí en Sydney no hay mujeres sacerdotes u obispos y somos totalmente contrarios también al sacerdocio de los homosexuales practicantes , dijo el obispo Robert Forsyth. Pero en otros lugares del país no piensan lo mismo. En la ciudad de Perth, Kay Goldsworth, 51, fue ordenada sacerdote en 1992. Kay es madre de dos hijos y fue consagrada obispo asistente en la catedral de Saint George de Perth. Forsyth está considerado un ultraconservador y la mayoría de los episcopales australianos apoyan la consagración de mujeres obispos. Veinticinco obispos varones de Australia y Nueva Zelanda asistieron a la consagración de Kay Goldsworth. Los episcopales australianos establecieron que son los fieles de las parroquias del lugar los que deben decir si aceptan o no una mujer.
El obispo de Sydney ha vuelto hace poco de una asamblea de 280 obispos conservadores anglicanos de todo el mundo que se reunieron en Jerusalén para proclamarse contrarios a la consagración de mujeres obispos. Ellos, incluso el reverendo Forsyth, decidieron actuar autónomamente dentro de los protestantes anglicanos dentro de la Iglesia, como una Iglesia .
El clima entre los anglicanos del mundo es incandescente y esto preocupa mucho a la Iglesia Católica que encuentra cada vez más obstáculos para avanzar por el camino de la unidad ecuménica. Entre hoy y el 31 de este mes tiene lugar la Lambeth Conference , que cada diez años se reúne en Canterbury, sede histórica del arzobispado anglicanos. Allí deliberan obispos y primados de todo el mundo, en un ambiente este año muy delicado por la decisión adoptada hace dos semanas por el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra de admitir mujeres en el rango de obispos.-
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